miércoles, 19 de marzo de 2014

DIARIO: Inter-Rail 2014, día 1 - Berlín


¡Hola de nuevo! Sé que he tardado horrores en escribir un nuevo post, he estado de viaje y no he podido ponerme con el blog hasta ahora. Hasta que empiecen las clases de nuevo en abril tengo algo de tiempo libre, así que espero poder actualizar más a menudo, que el blog está vacío no, lo siguiente. Aquí empiezo a contaros mi viaje, espero que os guste, y recordad que cualquier comentario al respecto será bienvenido.




Sin haber dormido nada la noche anterior (a mis vecinos les pareció un buen día para montar el jaleo del siglo, qué majos) cojo mi mochilón y salgo de la residencia a las 4:45 de la mañana. Tras tomar un par de trenes regionales llego a Erfurt, de donde sale el ICE a la capital alemana. Con más cara de muerta que otra cosa y tras varios intentos fallidos de dormir en el tren la conexión sale bien y a las 9 de la mañana ya estoy en la estación principal de Berlín. Dicha estación es famosa por su moderna arquitectura, lo cierto es que es un edificio curioso, algunos andenes son subterráneos, otros van por el piso de arriba, etc.


Berlin Hauptbahnhof

Una vez allí me hago con un mapa de metro y busco la línea que me lleve a la Puerta de Brandenburgo, me hacía ilusión ser lo primero en visitar. La línea U55 conecta la estación, el parlamento y la puerta, por lo que tomo ésa y en pocos minutos me planto en la plaza más famosa de la ciudad.
Pariser Platz y Brandenburger Tor

Visto que aún me sobra tiempo hasta que lleguen mis amigos decido ir andando al apartamento que hemos alquilado, el cual no debería estar demasiado lejos de allí. Echo a caminar por Unter den Linden, donde hasta antes de la 2GM se encontraba el centro cultural de la ciudad. Hoy en día todos los edificios de la avenida son nuevos o están en obras, hay varias embajadas, muchas oficinas y algún que otro museo. En el otro extremo de Unter den Linden puede divisarse ya la catedral (Dom) al fondo, junto con el río Spree y la torre de televisión (Fernsehturm) a lo lejos.

Dom, río y torre de televisión

Camino hacia el sur de la Isla de los Museos y doy un par de vueltas por el barrio en el que se supone que viviremos para poder encontrar el bloque que era. Hay tres o cuatro rascacielos iguales en la zona y me volví loca para encontrar el portal, rodeé cada edificio en busca del número correcto, y cómo no, Murphy quiso que nuestro portal fuera el último que fui a mirar.

Como aún faltaba un rato para encontrarme con T, el chico que nos lo alquilaba, fui al super a hacer la compra. He de admitir que doy bastante el cante con la mochila, por esos pasillos apenas puedo moverme sin causar destrozos. Además yo, todo chula, no cojo ninguna cesta ni nada para llevar la comida, ya que no tengo en mente comprar demasiado. Nada, a los dos minutos las cosas no me entran en las manos y acaparo un carrito que estaba abandonado en el pasillo (o eso pensaba yo). Al ir a pagar la señora me mira extrañada: "¿De dónde has sacado el carro?". Le contesto que alguien lo ha dejado ahí en el pasillo y lo he cogido, a lo que responde que no, que el staff del super trabaja con ellos y que no se pueden coger. Muero un poco de la vergüenza, pido perdón y me apresuro a pagar la compra. Ya de vuelta en el apartamento, T me da las llaves y subo a tantear el terreno y dormir aunque sea una hora antes de ir al encuentro de mis amigos. Vienen tres, una amiga, B, y dos amigos, D y S. No quiero poner nombres pero aunque sea pongo las iniciales para que luego sea más fácil contar futuras vivencias.

A eso de las 12 me vuelvo a dirigir a la Puerta de Brandenburgo, el metro me lleva hasta Potsdamer Platz y camino unos diez minutos desde allí antes de llegar a mi destino, donde me están esperando ya.


Potsdamer Platz

Después del reencuentro tras varios meses sin vernos (que conste que por una vez no dimos el cante, había tanta gente ahí que ya puedes ponerte a cantar y a bailar que apenas te mirará nadie), los llevo al apartamento, dejan sus cosas y hacemos macarrones para comer. Entre pitos y flautas salimos del apartamento a las cinco de la tarde. Ya libres de equipaje nos metemos al ascensor para bajar al piso de abajo, tarea que se ve interrumpida por... el individuo malvado del ascensor. ¡Chan chan chan! (Modo suspense ON). Nosotros vivimos en el piso 20, y al bajar al portal se nos sube un señor de aspecto normal (aunque de mente perturbada) en el piso 16. Decimos "hallo" y todo normal. Hasta que se para el ascensor, se abren las puertas en un piso que no se parecía nada al portal y el señor nos dice "aquí es vuestro piso", con una malvada sonrisa.


Extrañados salimos con desconfianza, se cierra el ascensor y nos ponemos a buscar la salida ahí sin éxito alguno. Lo único que hay son trasteros y oscuros pasillos, solo una ventana con balcón da a la calle, pero por ahí no se puede salir.


Volvemos a ir al ascensor, al lado del cual vemos un cartel que cita ZG (Zwischengeschoss, entresuelo). Por lo visto le habíamos dado mal al ascensor, y el amable señor, en vez de advertirnos de nuestro error, no ve mejor opción que reírse y dejarnos deambular por ahí en la oscuridad entre puertas selladas y pasillos laberínticos. Maldad pura, os lo digo.

Bueno, sigo contando la visita a la ciudad. Compramos ticket para el metro, nos decantamos por un billete grupal (hasta 5 personas) para todo el día, que cuesta 16'20€ y que con cuatro personas sale rentable a partir del segundo viaje en transporte público, puesto que el billete sencillo cuesta 2'60€. Vamos hasta la iglesia en ruinas, iglesia que fue bombardeada en la guerra y que dejaron tal cual quedó para que las consecuencias de las guerras nunca caigan en el olvido. Esta iglesia (Kaiser-Wilhelm-Gedächtnis-Kirche, lo que viene a ser Iglesia Memorial del Kaiser Guillermo) aún está en activo, pero no en el edificio original, sino en uno que se sitúa justo al lado y que da bastante miedo.


Iglesia actual, a mí me dio mal rollo, pero las paredes son originales

Iglesia original

De ahí vamos a Kufürstendamm (o Ku'damm para los berlineses), calle comercial de 3'5km en la que te encuentras de todo. Curioseamos los escaparates, miramos puestos, entramos a la tienda de Apple para cotillear aparatos caros que en la vida nos podremos permitir, etc. En dicho lugar nos echamos unas risas, resulta que te ponen las tablets ahí para que las veas y pruebes, y para explicar sus características ¡te ponen otra tablet debajo! Fue gracioso porque la pantalla estaba fija, no podías hacer click para ver más detalles ni nada, como un folio, vamos. Pero lo de colocar un folio de toda la vida es para pobres. En fin, que me enrollo.

Volvemos a coger el metro para visitar la East Side Gallery, un trozo del muro de Berlín donde se pintaron murales después de su caída, con alrededor de 1'3km es la mayor galería de arte al aire libre del mundo. La parada de metro es Warschauer Strasse.

East Side Gallery

Parte de un mural

El famoso coche

Cogemos el metro en Ostbahnhof, justo al otro extremo de la galería, para volver a Brandenburger Tor y seguir una antigua tradición que tenemos de ir a un Starbucks en los sitios que visitamos. Super original, lo sé xD. Como ya van a cerrar no nos dejan sentarnos dentro, pero lo pedimos todo para llevar y nos apalancamos en una de las mesas de fuera con vistas a la Puerta de Brandenburgo. Charlamos un largo rato antes de ir al apartamento, optamos por caminar para ver la catedral iluminada.

Brandenburger Tor

Cenamos cereales y galletas en casa (lo de la alimentación sana en este viaje ha brillado por su ausencia) y hablamos un rato antes de dormir. Los viajes suelen tener una canción normalmente, os presento la nuestra, arte en estado puro es esto:

P.D.: Servidora no se hace responsable de ojos y oídos dañados durante la visualización del vídeo.


Gastos por persona: 56'1€
Tren Erfurt - Berlín: 29€ (en mi caso, los demás llegaron en avión)
Comida del Edeka (pasta, leche, cereales, etc.): 3'25€
Bono del metro: 4'05€
Batido Starbucks: 4'80€
Apartamento: 15€


Hasta aquí el primer día, los que vienen son más intensivos en lo que a visitas se refiere, pero el primero fue un poco toma de contacto. Espero que os haya gustado y que os veré por aquí .

6 comentarios:

  1. Que bien!!!!
    Me gusta mucho Berlin. Sigue contando!!!
    Besos

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    1. Me alegro de que te guste :D
      Berlin es increíble, puedes pasarte un mes ahí y aún no habrás visto todo lo que hay. Es una ciudad con tanta historia que no sabes ni por dónde empezar.

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  2. ¡Ay! Qué ganas de ir a Berlín. Leo esto y parece que las 8 horas de autobús merecen la pena. Me lo estoy planteando seriamente, la verdad. Ay, ya veremos, ya veremos.
    Estoy deseando seguir leyendo tu aventura y sobre todo las anécdotas (aunque ya sé algunas, juas juas). ¿Qué sería un viaje sin anécdotas? Un aburrimiento, seguro.

    Un beso muy fuerte, bonica! :)

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    1. Jajajaja tengo comprobado que no es sano leer demasiado sobre viajes, te hace plantear escapadas demasiado a lo loco xD. Bueno, a quién pretendo engañar, con alma viajera esas escapadas se organizan sí o sí ;).

      Cuánta razón, las anécdotas, buenas o malas en el momento, son las que dan vida a los viajes, lo que más se acaba recordando :).

      Muak

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  3. Me encanta! Estuve en Berlín hace dos años y estoy pensando en volver.
    La verdad es que el Interrail es una gran opción! La foto de "Dom, río y torre de televisión" es genial, lo más significativo de la ciudad en una captura!

    Voy siguiendo tus actualizaciones!!!
    Muhcos besos:)

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    1. Berlin es una de mis ciudades favoritas para visitar (no sé si viviría allí por el tema del tamaño, no soportaría vivir prácticamente en el metro jaja), nunca te cansas, es imposible aburrirse. Si vuelves espero fotos (y diario a poder ser :P)!
      Gracias por pasar!

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