martes, 22 de julio de 2014

Café New York en Budapest, el café más bonito del mundo

El café más bonito del mundo, así describen muchos el Café New York de Budapest. Si habéis leído alguna de mis otras entradas habréis visto que siempre voy a ahorrar lo máximo posible en mis viajes. Sin embargo, si a una le hablan de "El café más bonito del mundo", su curiosidad le impide no ir a echar un vistazo. De modo que durante mi visita a la capital húngara en mi Inter-Rail ahí que fui a tomar algo con una amiga que hice en un tour gratuito. Juzgad vosotros mismos si el café puede considerarse, efectivamente, el más bonito del mundo.



CÓMO LLEGAR


PARTE DE LA CIUDAD: Pest
DISTRITO (KERÜLET): 7
PARADA DE METRO CERCANA: Blaha Lujza tér (M2)
DIRECCIÓN: 1073 Budapest, Erzsébet körút 9, Hungría





EN EL CAFÉ
Inaugurado en 1894, el café New York de Budapest ha sobrevivido a toda clase de sucesos históricos y cambios políticos durante el siglo XX. A pesar de haber sido reconstruido y reformado varias veces, aún mantiene su esplendor y su decoración maravilla a todo aquel que entre. A no ser que se sea algún millonario de esos, cosa que yo no soy, de modo que pertenezco a la mayoría de personas a las que este café deja así:



Mi amiga K y yo entramos con la mayor dignidad posible (recordad que estábamos de Inter-Rail y que llevábamos todo el día caminando, con el look indigno que eso conlleva) y ocupamos una de las mesas. En seguida nos traen la carta y nos ponemos a buscar algo que nuestros bolsillos puedan pagar. Podéis intuir que en un sitio como el Café New York lo barato escasea (por no decir que no existe, pero va, lo digo, NO EXISTE), y el pobre camarero tiene que venir como tres veces hasta que al final conseguimos dar con algo que estamos dispuestas a pagar.

Lo que sí he de decir es que Budapest en general es barato. El alojamiento en pleno centro en habitación de seis personas, por ejemplo, me costó 4'8€. Es decir, que me dejé más en el batido ese con Smarties que en el hostal aquel día.

Te cuesta un riñón y la mitad del otro, pero ojo, te ponen agua y pastas

Tras tomarnos lentamente lo que hemos pedido (ya que pagamos al menos le sacamos provecho al sitio) pedimos la cuenta y nos levantamos para explorar el café y sacar fotos mientras los demás clientes nos miran mal porque salen en todas nuestras fotos mientras toman tranquilamente su café de 8€. Como personas no acostumbradas al lujo deambulamos por todas las esquinas del café sacando fotos desde todos los ángulos, mirándolo todo como si hubiésemos visto aliens.

¿Y eso? Ah, vale, una silla, en casa también tengo de éso.





Y esto es todo por hoy sobre el Café New York, realmente impresiona y merece la pena entrar un rato y relajarse tras un duro día de turismeo. 


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